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sábado, 7 de enero de 2012

Divito y aquellas "¡Chicas!"

Antes de llegar a Patoruzú, José Antonio Guillermo Divito (luego Guillermo Divito, o Willy para sus amigos) publicó en El Hogar, Semana Gráfica y en el diario Crítica. En la primera de estas, apareció la versión inicial de sus Chicas. Después, la editorial de Dante Quinterno recibió muy elogiosamente a Guillermo. Allí expandió su creatividad y sus bellísimas protagonistas tuvieron un lugar. Sin embargo, luego de algunos años todo cambió. La leyenda dice que se fue enojado de Patoruzú porque Quinterno le negó un aumento. Otra versión cuenta que el creador del indio le pidió que alargue las faldas de sus chicas, exigencia que llevó a Divito a fundar Rico Tipo, para no sentirse limitado. A esto debemos agregar que más allá de la veracidad o no de estos hechos, el dibujante siempre quiso tener su propia revista, consciente de su gran capacidad.

Patoruzú 117 (1939) y 125 (1940)

Así, la popularidad de sus figuras femeninas creció enormemente, hasta transformarse en moda. Dice Alan Pauls:

"Como toda moda, las Chicas no impusieron solamente un modelo de ropa sino de físico. Había que tener cintura finita , y así creció la venta de trusas que ceñían el cuerpo (...). Las casa de modas publicaban sus avisos en Rico Tipo con dibujos del mismo Divito, lo que funcionaba ya como una identificación absoluta entre humor y moda (...). Lo que las Chicas! exaltaban siempre era lo moderno. Desde luego las casa de ropa que buscaban identificarse con los chistes, nunca eran las caras sino las populares (...). Las Chicas! funcionaban del mismo modo que los avisos publicitarios: a través de la creación de un modelo imaginario. Podemos decir que el proceso fue el siguiente: Divito dibujaba inicialmente a las Chicas! apenas con humor, de a poco ve que los rasgos que él crea con fines puramente humorísticos, o para exaltar el sex-appeal de sus personajes, son tomados literalmente. Entonces Divito completa la cadena buscando deliberadamente imponer ciertos modelos, buscando también, como sus lectoras, lo moderno. Este ir y venir entre la realidad y el dibujo, no es algo que sólo se nota ahora a la distancia: en su momento se tenía muy clara conciencia de que el límite entre la influencia de Divito sobre la moda o de la moda sobre Divito era muy borroso." (1)

El mismo Pauls cita a M.E. de Montaldo, autor de una nota para la revista Dibujantes en 1953, quien expresa:

"(...) Es muy difícil establecer si hubo un original inspirador o si la colectividad toda - la colectividad femenina - se entregó apasionada a dar realidad a la imagen creada." (2)

Rico Tipo 57 (1945)

Las Chicas! pasearon su belleza durante tres décadas (hasta la muerte del dibujante en un accidente automovilístico en Brasil en 1969, poco tiempo antes de cumplir 55 años), a veces silenciosamente (bajo las miradas y las opiniones ajenas) y en otras ocasiones charlando entre sí o pensando en voz alta (comentarios irónicos o punzantes sobre alguna colega, por lo general para resaltar más o menos indirectamente un supuesto defecto o falla - edad, fracasos amorosos, etc - , o una relación considerada turbia con algún hombre). En todos los casos, la época ponía sus límites para el erotismo, tanto en la audacia de las vestimentas como en lo que se decía (prevalecía la insinuación, quedando para el lector las deducciones correspondientes). Aún así - y aunque hoy nos parezcan ilustraciones y textos ingenuos -, para aquellos años significó un gran cambio, un salto muy importante que luego se iría ampliando con la llegada de Satiricón, más tarde con SexHumor y actualmente con las versiones más grotescas o absurdas de autores como Parés o Sala.

Album Chícas! (1948)

Rico Tipo 1954 (Edición especial de Año Nuevo)

Pero qué mejor, para finalizar, que la palabra del propio Divito (una verdadera clase de dibujo, además):

"Cuando después de una serie de ensayos y bocetos, me resolví a publicar por primera vez una de mis 'chicas', confieso que ni sospechaba la popularidad que iban a adquirir tan rápidamente. Es probable que muchos hallen un ligero (o marcado) sabor a vanidad en la afirmación que antecede, pero válgame la sinceridad de la misma, que implica reconocer que al crear a mi 'chica' no aspiraba a la fama, no imaginaba la difusión que podría tener mi dibujo, y no creía que una interpretación personal de la mujer pudiera suscitar tantos comentarios. Todo fue una pura coincidencia, que tuvo su orígen en unos cuantos trazos de lápiz: me limité a plasmar en el dibujo el tipo de mujer que me gustaba..., y resultó que era el que le gustaba también a mucha gente.

(...) Mi 'chica' no responde a un tipo real y determinado de mujer, pues jamás he trabajado con modelos vivientes. En esto tuve la primera gran sorpresa de mi vida: primero creé a la 'chica' ... ¡ y después comencé a verla en la calle!

Muchos me discutieron el dibujo, alegando que la 'chica' no existía en la vida real, que se trataba de una figura exagerada, yo terminé la discusión muy pronto diciendo que sí (...). Mi 'chica' es un producto de pura imaginación, y se fue concretando mediante la unión de ojos de este color, cabellos de aquel otro, cintura de cierto tipo de mujer, bocas de otras, y piernas de otras más. De esta amalgama conseguí por fin formar el conjunto que había de satisfacerme desde el punto de vista estético, conseguí darle personalidad, que luego subrayé en la vestimenta, en la armonía de los colores y en el toque ligeramente sensual de la línea.

(...) Después las 'verdaderas' trataron de asemejarse a ella en muchos otros aspectos (...). Hay un armonía tal en esas exageraciones , que alejan decisivamente al dibujo de la caricatura. Me parece que ahí está el secreto: lo que conviene exagerar, lo exagero, lo otro, no; y esta mezcolanza un poco heterogénea desde el punto de vista clásico, produce una 'chica Divito'.

Me adelanto a decir ahora, que una joven que saliera a la calle con el físico adaptado exáctamente a esta línea, resultaría la caricatura de mi 'chica'.

(La misma) tiene lo que los norteamericanos llamaron primero sex-appeal, luego it, y más tarde oomph. Lo tiene en la boca, en la forma tenuemente almendrada de sus ojos, en su nariz respingada, en la cabellera abundante y ondeada que cae como una cascada sobre los hombros, o se alza en una masa compacta rematando su esbelta figura. Lo tiene en su cuerpo, en sus piernas, en su forma de vestir y en sus zapatos. Lo tiene en su modo de andar, erguido, orgulloso y seguro, porque conoce perfectamente la armonía de su cuerpo.

Por eso también, y aunque rabien muchos petisos, mi 'chica' es siempre alta; considero que para que la línea sea elegante, debe ser larga, proyectarse en esa dimensión todo lo que sea necesario, hasta allí donde la proporción exija que se corte, para armonía del conjunto.

Para que todo esté de acuerdo, la forma de vestir de mi 'chica' suele parecer exagerada, en el diseño y en el colorido; pero eso le da, creo, una gran personalidad. No me gusta copiar, y por ello muchas veces hago mallas o vestidos que no figuran en el surtido de ninguna casa de modas, y sólo existen en mi imaginación.

En síntesis, pienso que esta 'chica' debió ser irresistible expresión estética de mi subconsciente, a la que mi consciente dió forma...y ¡palabra de honor que está encantado de haberlo hecho! (3)


(1) y (2) Pauls, Alan: Rico Tipo y las chicas de Divito; Espasa Humor Gráfico, 1993.

(3) Divito: Album Chicas!; D. Ediciones, 1947 (la fotografía del dibujante también pertenece a este album).

miércoles, 1 de junio de 2011

Sensaciones


Postales, de Miguel Rep, nació en los 80, en la primera Fierro. Eden, de Kioskerman (Pablo Holmberg), es de estos tiempos de internet. Dos momentos muy distintos (aún más en Argentina). Sin embargo, estas dos creaciones pueden emparentarse.
¿Que dice Rep sobre estos dibujos?: "Como autor es lo más mio de lo mío. Es el formato en el que más puedo volar. Es una creación nacida en esta época de fragmentación, de la cual soy hijo. (Son) asaltos a los sentidos en un Todo sin sentido. Palabras y dibujos, heridas con el plumín, en su pecado original." (1)
¿Y Kioskerman de los suyos?: "Decidí hacer una cosa que aparece en Macanudo, pero que Liniers no explota siempre, que es el no-humor. Me interesa la tira no-humorística que lleva a un sentimiento que no es la risa o la alegría. Estoy tratando de llevarlo (al espectador) a otro tipo de emociones que surgen de la secuencia y el ritmo, eso que en la poesía llevan a que vos tengas una experiencia cercana a la belleza. A (Edén) aprendí a basarlo cada vez más en mi vida." (2)
Opina Rodrigo Fresán : "Cada una de las Postales oculta, apenas, la posibilidad de un cuento perfecto o de una novela inolvidable. Son segundos luminosos donde se funden el haiku y la epifanía hasta conseguir la doble certeza de que todo destinatario puede convertirse en escritor y de que Rep es uno de los más grandes narradores de este mundo."(3)
Pablo de Santis comenta: "Las tiras de Edén parecen poemas breves, haikus que buscan menos la sonrisa que decir la intensidad de un instante; en cada uno de estos hermosos dibujos se esconde la nostalgia por un Edén perdido." (4)


En ambos coinciden la libertad y la apertura intelectual como para que (aún utilizando dibujos de características humorísticas y un diseño típico de las historietas) nos ofrezcan otra cosa - como ellos mismos lo indican - más cercana a su mundos personales, a la poesía, a la belleza, a las sensaciones.
Sería un error analizar y mucho menos explicar estos trabajos. Sencillamente, se leen, se disfrutan y que nuestra imaginación después nos lleve por el amplio camino que cada caso nos deja por delante.


Postales (Miguel Rep)



Edén (Kioskerman)


(1) Comentarios sobre Postales en la colección de fascículos Rep, firma d'autore (página/12, 2009/10)
(2) De un reportaje de Andrés Valenzuela para el sitio Cuadritos, periodismo de historieta (2010)
(3) Contratapa de Postales (Planeta, 1993)
(4) Contratapa de Edén (Sudamericana, 2009)

Las imágenes pertenecen a estos dos últimos libros mencionados.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Esos raros personajes viejos (II)

En esta segunda entrega me pareció interesante incluir dos personajes - de autores y estilos diferentes - que, sin embargo, tienen una característica en común: no conocemos sus rostros.

Arturo, un mayordomo/mucamo y actor de reparto en la tira Don Fulgencio (de Lino Palacio, nacida en los años '30 en La Razón y que se desarrolló a través de varias décadas en diarios y revistas - la que llevaba el mismo nombre, Avivato, etc -) se destacaba por su carácter solemne y - principalmente - por no mostrar jamás su cara.
Dice al respecto Alan Pauls (1): "Arturo es (...) el paroxismo del humor gráfico de Palacio: un personaje definido exclusivamente por su relación de desajuste con los parámetros formales de la tira. Serio, atildado y circunspecto, su paso por la historieta es al mismo tiempo de una indiscreción escandalosa. El, el personaje sin cara, el excedente del cuadro, es el encargado de delatar ese carácter convencional que el dibujo, por definición, se obstina en naturalizar. Hace aparecer los marcos como coacciones, desnuda el reparto de visibilidades e invisibilidades que está en el corazón de la historieta, y obliga a los demás personajes a comparecer una y otra vez, ante las leyes del género."







Por su parte Lonka (de Atilio - Atilio de Angeli -) tenía su lugar en Cascabel ( segunda mitad de los '40: 1946/7) y también era "anónimo". La revista se encontraba en su ocaso ya que su formato se había reducido a la mitad del de sus comienzos y la tapa no presentaba color.
Siulnas (2) comenta: "Lonka era un personaje muy particular, ya que siempre apareció de espaldas en su historieta de la revista Cascabel. Dicen que ni su autor - Atilio De Angeli, que la creó en 1946 - pudo conocerle la cara. Y como Lonka no quería dar la cara, siempre hacía cosas que no lo obligaran a mirar al lector..."
Además, De Angeli utilizó el nombre su personaje para firmar algunos de sus dibujos.





Dos creadores distintos, épocas similares y un enigma que, según parece, jamás se develó. Justamente el hecho de mantener ese misterio es lo que hace atractivos a ambos personajes.

(1) Alan Pauls: Lino Palacio. La infancia de la risa, Espasa Humor Gráfico, Buenos Aires, 1995.
(2) Siulnas: Aquellos personajes de historieta (1912-1959), Puntosur Editores, Buenos Aires, 1986.
Las tiras de Don Fulgencio fueron extraídas del libro antes mencionado. Las de Lonka pertenecen a los números 256, 264, 266 y 268 (1946) y 277 (1947) de la revista Cascabel.