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jueves, 31 de agosto de 2017

Las historietas de Sídoli (VII): Resorte




Nos toca esta vez presentar a uno de los personajes más populares y emblemáticos de Sídoli: Resorte, el ayudante del "profe" (en algunas ocasiones Nuevas aventuras de Resorte o Resorte y el profe a secas). 
Siguiendo la idea de entradas previas, esta historieta pertenece a un periodo anterior a la revista Lúpin, más concretamente al año 1963, cuando se la solía encontrar en las páginas de Capicúa (en este caso, en las del número 90) junto a la creación de Mazzone y al propio Lúpin de Guillermo Guerrero.  Tiempos también, como se verá, donde una computadora distaba mucho en diseño de las que hoy conocemos.























domingo, 1 de noviembre de 2015

El año en que Capicúa tuvo un segundo papá...




 


En abril de 2013 dediqué algunas entradas a Capicúa, creación de Adolfo Mazzone. Allí me centré en cuatro momentos del personaje: el semanario Patoruzú, Carasucia, Rayo Rojo y la revista propia.
Hace poco días, charlando vía Facebook, Sergio Maganás (coleccionista y autor de la Patoruzú Web primero y del blog Patoruzista más tarde), me recordó otro momento de Capicúa, cuando no fue dibujado por su autor original. 
Repasemos un fragmento de aquellas notas subidas dos años y medio atrás:

Judith Gociol y Diego Rosemberg nos cuentan que Mazzone se pelea con Quinterno y así la tira llega a su fin un 29 de abril de 1940, en el número 137 de la revista mencionada.
Sin embargo, muy poco tiempo después (el 3 de junio de 1940) Capicúa reaparece ahora dibujado por Eduardo Uliano, quien no era otro que el muy conocido Oscar Blotta. 
Mientras tanto, el 12 de junio de 1940 sale a la luz el primer número de Cara Sucia. (...) Adolfo presenta El Ñato Agrelo y...¡Capicúa!, con lo cual durante cierto tiempo el muchacho de los grandes dientes apareció en dos medios a la vez y por obra de dos dibujantes distintos. Indudablemente, Adolfo era el dueño de la criatura: para pensar, entonces, el tema de los derechos de autor...
(...)
Así, y como con todo detalle nos relata Hernán Schneider (Mundo Quinterno), Uliano se mantiene en Patoruzú hasta abril de 1941, cuando Mazzone regresa y retoma su creación.

Ahora, Sergio ha tenido la gentileza de enviarme la presentación y la primera aventura dibujada por Blotta. De esta manera, complementamos la información antes brindada:













sábado, 14 de marzo de 2015

Para celebrar: Historietas de Argentina



  

 



Hernán Schneider, gran coleccionista y experto en toda la obra de Dante Quinterno, ha inaugurado un nuevo blog: Historietas de Argentina
Se trata de un verdadero regalo para todos los lectores fans de los cómics humorísticos nacionales. Allí nos encontraremos con el entrañable Don Nicola y el mítico Patoruzú; con la poesía de Langostino (tesoro inmenso que vale la pena conocer) y dos figuras muy recordadas por los que alguna vez fuimos chicos: Carlitos Balá y Minguito.
También tendrán su espacio otros históricos como Capicúa, Pascualín, Don Fierro e Isidoro. Y siempre con esa calidad de escaneo que ha sido marca de lujo de los trabajos de Hernán.
¡Muy recomendable!







martes, 18 de junio de 2013

Portadas de Adolfo Mazzone para sus revistas (I: Capicúa)




Adolfo Mazzone  ha sido siempre elogiado por su capacidad como dibujante, y las tapas que realizaba para las revistas de su editorial estuvieron -están- entre lo mejor de su producción. Esta entrada y las próximas dedicadas al autor de tantos personajes que quedaron en el imaginario popular lo muestran en ese rol de ilustrador. La sugerencia es recorrer cada detalle, los movimientos, las expresiones, las figuras iluminadas y las sombreadas, los elementos más insignificantes, el color, la escenografía general...
Empezamos, como bien indica el título, por Capicúa.


1963

1963

1967





lunes, 29 de abril de 2013

Cuatro momentos de Capicúa (II): Rayo Rojo y, más tarde, la revista propia


El número 1 de la revista de aventuras Rayo Rojo llegó a los kioskos el 10 de octubre de 1949. De tamaño muy pequeño (18x8cm) debido a que era hecha con papel sobrante, apenas podía albergar dos o tres historias donde cada tira ocupaba toda una página. Más tarde - en tiempos de la crisis del papel (1953/4) - , se angostaría hasta los 14x6cm.

Capicúa, como parte de algunos de los cambios en el contenido de la publicación, fue anunciado en el número 32 (15 de mayo de 1950) y al siguiente entraba en acción. El desarrollo tenía una extensión de dos páginas, esto es, dos episodios o tiras. Allí se mantuvo un tiempo relativamente prolongado.
Si bien los argumentos mantienen las características conocidas, vemos al protagonista mucho mas locuaz y participativo aunque sin perder esa dosis de distracción que suele jugarle a favor (como comentábamos en la primera parte de este tema).
Los siguientes son algunos ejemplos de esa época, entre los que se encuentra la presentación de la historieta:


Nº 32 (15-5-1950)


Nº 41 (17-7-1950)


Nº 43 (31-7-1950)


Nº 50 (18-9-1950)

A fines de esa misma década, Capicúa - con Mazzone como editor - pasó a ser el "dueño" de la publicación donde participaba. "El índice de la estatua" fue el primero de los relatos. En los comienzos compartió título con Piantadino (como si se tratara de dos revistas en una), para después solo llevar su nombre. Los acompañaban, entre otros, Lúpin y Afanancio. Como novedad, estas aventuras cubren una mayor cantidad de páginas:  así  - desde 1939 - el autor debió adaptarse  a variados formatos, reto que cumplió con habilidad notable. A la vez, se mantienen los rasgos de carácter del protagonista anteriormente apuntados. Con el tiempo algunos de los colaboradores de Adolfo se encargaron de los dibujos de la historieta, pero la ilustración de las tapas siguieron siendo obra de aquél.

En este caso, junto a las tapas de los números 1 y 28, hemos subido la aventura (sin titular) correspondiente a este último. Se trata de una historia plagada de gags, donde la acción y el interés no decaen en ninguna de sus 17 páginas. Allí nuestro héroe junto a Olegario y Bambufoca pasan de investigar una serie de atentados en un circo a formar parte del show, con las consecuencias que tal situación traerá. En el medio, un enigmático y algo molesto personaje será a la postre una pieza clave en la resolución del conflicto.

Octubre 1959

Diciembre 29 de 1960




















Bibliografía:

Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo: Historia de la Historieta Argentina, Ediciones Record, 1980.